El sufrimiento del malvado en Sal 32,10
DOI:
https://doi.org/10.47182/rb.76.n-2014140Palabras clave:
Salmos, Antiguo Testamento, Salmo 32, Sufrimiento, malvadoResumen
Con mucha frecuencia, en el Salterio se hace referencia a los malvados. Por lo general, esta categoría literaria se construye en oposición al salmista, que experimenta la persecución y el acoso de quienes buscan su destrucción. En Sal 17,8-9 ora el salmista diciendo: «Guárdame como a las niñas de tus ojos, protégeme a la sombra de tus alas, de los malvados que me acosan, enemigos que me cercan con saña». La figura de los malvados es descripta con bastante amplitud: «Su collar es la soberbia y la violencia los cubre como un manto. La maldad le sale por los poros. Su corazón desborda de malos propósitos. Se burlan, hablan con malicia, gritan y son prepotentes...» (Sal 73,6-8) 2. En otro pasaje leemos: «El malvado escucha la voz del pecado en el fondo de su corazón. No teme a Dios ni siquiera delante de él, porque se tiene en tan alta estima que es incapaz de reconocer su culpa y detestarla» (Sal 6,2b-3).
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