Comensal, servidor y anfitrión del banquete del Reino
Rasgos cristológicos en Lc 14,1-24
DOI:
https://doi.org/10.47182/rb.75.n-2013114Palabras clave:
evangelio de lucas, cristologia, comensalidad, servicio, diaconía, lucas 14Resumen
La experiencia de compartir la mesa no responde solo a la necesidad fisiológica de la nutrición, sino que nace de la relacionalidad que caracteriza al ser humano. Es expresión de la vocación de encuentro, de alegría y de fiesta que anida en lo más profundo de la persona. Por ello no sorprende que la Escritura esté poblada de escenas en las que los coprotagonistas de la historia salvífica se sientan juntos a la mesa y celebran los acontecimientos fundamentales que les dan identidad. La imagen del banquete llega al apogeo de su capacidad de evocar plenitud cuando describe la salvación escatológica que Dios, el protagonista de la historia, ofrece a su pueblo (Is 25,6-8). El autor menciona en este pasaje la esperanza futura de la resurrección. En ese contexto se esperaría razonablemente que hiciese referencia a la muerte y la resurrección de Jesús, fundamento de la fe en la resurrección futura. Sin embargo, su atención se dirige llamativamente a la comensalidad, medio de salvación y expresión concreta de la visita divina.
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