Santiago Guijarro Oporto, La memoria viva de Jesús. Dinámicas de la transmisión oral (Biblioteca de estudios bíblicos 172), Sígueme, Salamanca 2023, 221 pp., ISBN 978-301-2179-3.
Aunque parezca un libro breve, la obra que nos ocupa no tiene nada de pequeño; la información que brinda y la investigación que hay detrás son inmensas. Testimonio de los largos años de dedicación al tema son, por ej., los trabajos publicados por Guijarro en Revista Bíblica como “El impulso creativo de la memoria de Jesús en la tradición sinóptica”, RevBib 74 (2012),153-65 [https://doi.org/10.47182/rb.74.n-2012163], o “El impulso creativo de la memoria de Jesús en la tradición joánica”, RevBib 75 (2013), 17-28 [https://doi.org/10.47182/rb.75.n-2013124]. Ciertamente, el A. ha querido recopilar en esta obra varios artículos publicados anteriormente, que con un espléndido trabajo de redacción han quedado muy bien engarzados por el hilo conductor de la memoria viva de Jesús.
La introducción es una excelente síntesis para adentrarse al tema planteado. En ella se indican los logros más significativos de la Escuela de la historia de las formas (Formgeschichte). Entre los avances señalados se destaca la ampliación del concepto de Sitz im Leben; “esto supuso un cambio significativo para identificar las situaciones vitales en que nacieron y se trasmitieron los recuerdos sobre Jesús”. (15). Así el “contexto vital” de las tradiciones se volvió más complejo, pero más apropiado para integrar la diversidad de situaciones y ambientes en que se trasmitieron los recuerdos sobre Jesús de Nazareth.
El estudio de los orígenes del cristianismo ha aportado mucha información para ir conociendo mejor la existencia de diversos flujos de transmisión oral de los recuerdos de Jesús. Con esto, hoy ya es una cuestión asumida que dichos recuerdos no se transmitieron de forma homogénea, sino que existieron diversos flujos vinculados a diversos grupos de seguidores de Jesús.
Las tres partes en que Guijarro divide su libro señalan los tres aspectos que él considera importantes para entender mejor cómo se configuraron y trasmitieron estos recuerdos sobre Jesús: la importancia de la perspectiva regional (25-68), la transmisión popular (69-128) y la influencia de la pregunta por la identidad de Jesús (129-192).
Me quiero enfocar en la segunda parte que trata sobre la “transmisión popular”. El A. ofrece una distinción conceptual tomada de las ciencias sociales entre “religión popular” y transmisión popular. Aquí se sirve de un trabajo de un autor brasileño, Paulo Nogueira, quien define la cultura (religiosa) popular como un “conjunto de prácticas y representaciones de orden religioso de los grupos pertenecientes a los estratos más bajos de la sociedad, por medio del cual dichos grupos administran las tensiones sociales y la escasez de recursos” (“Early Christianity as a Popular Religiosity in the Mediterranean World”, Revista Teología 59 [2020] 45-70, p. 55). Junto a este concepto, el autor utiliza la distinción que hace S. K. Stowers sobre las dos formas básicas de religión: la religión de la vida cotidiana y la religión de los letrados (véase Christian Beginnings: A Study in Ancient Mediterranean Religion, Edinburgh University Press 2024). Es muy interesante y útil el cuadro que ofrece Guijarro en la p. 72.
Teniendo como marco interpretativo los conceptos mencionados, Guijarro señala que el carácter popular de los relatos de milagros, así como su colorido local y su estrecha relación con la situación social de Palestina, sugieren que fueron transmitidos por seguidores de Jesús que recordaban, sobre todo, su cercanía a la gente y su especial atención a las necesidades cotidianas. Sin embargo, estos seguidores, no solo recordaban y transmitían los milagros de Jesús, sino también sus enseñanzas inspiradas en la sabiduría popular.
Después de mostrar cómo los relatos de milagros son narrados por Marcos y la relación que en esta obra tienen las figuras de Jesús, Juan Bautista y Elías, hace lo mismo en el caso de Mateo y de Lucas. Me quiero enfocar en el evangelio de Lucas. Siguiendo el mismo esquema aplicado a los de Marcos y Mateo, Guijarro sostiene que el evangelio de “Lucas no tenía una actitud negativa hacia los relatos de milagros, ya que estos suscitan la fe y desempeñan un decisivo papel en el seguimiento de Jesús” (109). El segundo indicio de la existencia de una tradición popular está en el modo como trabaja Lucas la vinculación de Jesús, Juan y Elías. Según Guijarro, en Lucas esta relación resulta desconcertante (111). En cuanto a la pista sobre los transmisores de la tradición popular, el A. sostiene que Lucas “aceptaba distintas formas de misión en aquel cristianismo naciente” y, aunque puede aportar poco sobre la tradición popular palestinense, sí brinda más pistas sobre una nueva forma de tradición popular cristiana en el Imperio romano (115). La noción de oralidad que se maneja en la obra no es la tradicional de la exégesis de ciertos ámbitos académicos; incluso, para ciertos autores, la noción utilizada sería calificada como “no técnica”.
No podemos dejar de mencionar que la obra concluye con 17 páginas de bibliografía, que es una verdadera joya para cualquier investigador, es decir, no solo es un complemento o accesorio. Como ya nos tiene acostumbrados en publicaciones de este tipo, Guijarro utiliza un lenguaje accesible, lo que permite que tanto académicos como lectores interesados en general puedan disfrutar y beneficiarse de la obra. El A. conoce bien las ciencias sociales y, por lo tanto, logra una excelente combinación de la exégesis más tradicional con las aportaciones de dichas ciencias, para ofrecer nuevas formas de comprender la figura de Jesús y el proceso de transmisión oral de los recuerdos sobre la figura central para el cristianismo.
En conclusión, La memoria viva de Jesús es una obra que invita a la reflexión y el estudio, ofreciendo una nueva perspectiva sobre una de las figuras más influyentes de la historia.
Edgar A. Toledo Ledezma
Universidad Católica Ntra. Sra. de la Asunción (Paraguay)