E. R. Ruiz, El libro del Eclesiastés. Comentario y propuestas de lectura (Estudios Bíblicos 84), Verbo Divino, Estella 2023, 203 pp., ISBN 978-84-9073-879-5.
El libro de Ruiz supone una aportación más a los ya numerosos estudios sobre Qohélet (“Eclesiastés”, como se denomina en el presente libro). Lo característico de este comentario es que se presenta como una obra accesible incluso a quienes no están versados en estudios exegéticos de carácter científico. De hecho, el libro carece de notas, la bibliografía se reduce a una sola página y los aspectos textuales más importantes se tratan de forma muy esencial pero exhaustiva (cf., por ejemplo, el problema de la traducción de 9,1 [141]). Esta elección, quizá un tanto drástica, impide ciertamente recurrir a otras herramientas bibliográficas en los numerosos casos dudosos, pero sin duda facilita la lectura a quienes no son biblistas profesionales. La traducción utilizada es la versión argentina La Biblia. Libro del pueblo de Dios. Cuando el autor se aparta de ella, lo señala brevemente después de cada perícopa. Por último, hay que decir que el biblista argentino está también comprometido con la pastoral, aspecto que se desprende de la atención dedicada al sentido que el texto de Qohélet puede tener para sus lectores de hoy (25). Citando a Elsa Támez –sin nombrarla– el A. considera que la cuestión de Qohélet es cómo vivir en un mundo que contradice los principios de justicia y equidad (15).
La “Introducción” se limita a lo esencial (9-26): el autor confiesa que no es posible ofrecer una lectura de Qohélet que pueda considerarse más “verdadera” que otras (10-24). Uno de los mayores problemas del libro, la presencia de aparentes contradicciones, se resuelve aceptando moderadamente la teoría de las citas implícitas de otros textos sapienciales y bíblicos (13-14), postura que personalmente considero correcta. El libro está datado, con la mayoría de los autores, entre los siglos iii y ii d. C. (14-15); el Qohélet es un ensayo que retoma temas tradicionales a la luz de una perspectiva totalmente nueva (23).
El libro del Qohélet es dividido por el A. en cuatro grandes secciones: la vanidad de la vida humana en la tierra (1,1–3,22); el ser humano en relación (4,1–6,12); lo que es bueno para el ser humano (7,1–9,10); la vida humana se juega en el presente (9,11–12,14). Observamos aquí cómo el propio A. es muy consciente de que cualquier intento de ofrecer una estructura literaria plausible en Qohélet es siempre cuestionable.
Los versículos finales (12,9-14) se atribuyen a un epiloguista, postura muy seguida entre los comentaristas. En relación con el epílogo, parece interesante la lectura que se ofrece del texto de 12,13-14 (200-202): si bien en estos versículos finales el epiloguista no parece hacer una elección muy feliz al intentar resumir todo el libro, nos permite, sin embargo, releer estas últimas afirmaciones tradicionales precisamente a la luz del mismo libro.
El comentario al libro de Qohélet se subdivide en pequeñas unidades literarias: el A. ofrece primero la traducción con las correcciones y notas personales, luego una breve introducción a la perícopa presentada y un comentario versículo por versículo, en un lenguaje sencillo y atractivo.
La expresión clave del libro, hébel, se traduce tradicionalmente por “vanidad”, aunque el A. es muy consciente de que el sentido propio del término es “soplo” (31; término que personalmente prefiero). Qohélet utiliza este término para expresar tanto la fugacidad de las cosas, en sentido temporal, como la falta de sentido, la futilidad. De hecho, en pasajes como Qo 1,12-18, Qohélet está deconstruyendo la idea de una sabiduría que pretende vincular el conocimiento a un resultado material (41).
Un pasaje particularmente difícil como Qo 3,11 en el que aparece el misterioso término ‘ōlām, es traducido como “el sentido del tiempo pasado y futuro” e interpretado como el hecho de que Dios ha dispuesto las cosas y las acciones de manera interconectada, formando un conjunto espacio-temporal “bello”, es decir, conforme a su propósito (cf. 66); para una lectura diferente en el sentido de “misterio del tiempo” cf. L. Mazzinghi, “Il mistero del tempo: sul termine ‘olam in Qo 3,11”, R. Fabris (ed.), Initium sapientiae. Scritti in onore di Franco Festorazzi per il suo 70° compleanno, Bolonia 2000, 147-161.
En este contexto, el tema de la alegría expresado en Qo 3,12-13 es visto por Ruiz no como una respuesta global a los problemas de la vida, sino como el descubrimiento de que Dios está en el origen de los dones que recibe el ser humano. El “temer a Dios” recordado en Qo 3,14 ha de verse desde esta perspectiva como el reconocimiento tanto de la grandeza divina como de la limitación humana (67), limitación que en Qo 3,16-22 está representada por la muerte.
En la segunda sección del libro identificada por el autor (Qo 4,1–6,12) el centro de atención se desplaza al ser humano en relación. La sección se abre en 4,1-3 con un lamento que involucra la propia justicia de Dios (74-76). Dentro de esta sección se encuentra el pasaje de Qo 4,17–5,6 dedicado a la relación con Dios. Según el autor, el sentido de este pasaje, no siempre fácil (cf. las diferentes hipótesis de lectura propuestas para 4,17 y 5,5), reside en sugerir una actitud de respeto y de disponibilidad a la escucha, sin pretender condicionar la voluntad de Dios (83-88).
La tercera parte del libro de Qohélet (7,1–9,10) se caracteriza por la revisión de dichos y opiniones de la sabiduría tradicional. Esto es particularmente cierto en el pasaje de Qo 7,1-14, cargado de una ironía a menudo amarga (cf. 111 sobre 7,2); véase en particular el comentario sobre 7,12, que leído en relación con textos como Pr 3,18 puede significar que ni la sabiduría ni la riqueza pueden ofrecer más que una “sombra”, una protección no duradera (116). En 7,15-18, además de aparecer una primera discusión con el mundo helenístico, aparece el tema del “temor de Dios” como principio ético en lugar de la Torá (118-120). Resulta interesante la interpretación del difícil pasaje de Qo 7,26-29 sobre las mujeres; según Ruiz, Qohélet está citando aquí opiniones de la sabiduría tradicional y podría estar refiriéndose a la sabiduría personificada de Pr 1–9. En este caso, Qohélet niega esta idealización para él excesiva de la sabiduría y al mismo tiempo cuestiona los prejuicios misóginos típicos de la sabiduría tradicional (124-127). Concluyendo su comentario a esta sección, con especial referencia a Qo 9,7-10, el A. considera que del “fracaso epistemológico” con que se abría esta sección del libro pasamos no tanto a la desesperación o a la pasividad, sino más bien a ser capaces de captar las pequeñas expresiones de alegría que la vida puede ofrecer (150).
En cuanto a aquello que para Ruiz es la cuarta parte del libro, a saber, 9,11–12,14, conviene recordar el análisis del poema final (11,7–12,8; cf. 175-194). El A. considera que el sentido global del poema es “aprender a vivir” (177) y esto solo es posible, por una parte, acogiendo las alegrías que la vida puede ofrecer y, por otra, situando a Dios en el centro de la propia existencia. Respecto a 11,9c, pasaje muy discutido (“sobre todo esto los llamará Dios a juicio”) Ruiz ofrece una interpretación personal: “juicio” es una decisión personal en un momento dado de la vida; Dios pone al ser humano en situación de decidir sobre la alegría o el sufrimiento; para una propuesta diferente, cf. L. Mazzinghi, “‘Dieu te convoquera en jugement’: Qo 11,9c, un texte intrus?”, BN 185 (2020) 99-112.
En cuanto a 12,1-8, el A. ve este poema como una serie de metáforas complejas que deben leerse abiertas a varios niveles de significación; en cualquier caso, una exhortación a vivir. En el comentario de este pasaje destacan varias referencias de actualidad a la situación de la pandemia provocada por el COVID-19.
En conclusión, nos encontramos ante un comentario ágil y realmente accesible al lector no versado en exégesis bíblica, pero interesado en comprender mejor el sentido de este apasionante libro bíblico. La propuesta de lectura ofrecida por Ruiz es convincente y, en conjunto, una verdadera ayuda para comprender un texto bíblico tan apasionante.
Luca Mazzinghi
Pontificia Università Gregoriana (Roma)