I. Galdeano Galdeano, “Mira que envío mi mensajero delante de ti…”. La caracterización narrativa de Juan Bautista en el evangelio según Marcos (Col. Tesis 73), Verbo Divino – Asociación Bíblica Española, Estella 2019, 266 pp., ISBN 978-84-9073-489.
El libro es la opera prima de la A., profesora de Teología bíblica en la universidad de la Santa Cruz en Roma. El lector va a encontrar en sus páginas un estudio de calidad sobre la figura de Juan Bautista en el evangelio de Marcos. Galdeano aborda, desde el punto de vista de la narratología, la caracterización del Bautista y las consecuencias que este personaje tiene para la cristología y la teología marquianas. Para ello se vale, sobre todo, de la intertextualidad y de la synkrisis o paralelismo entre personajes, sobre todo entre las figuras de Juan Bautista y de Jesús, emulando, en cierta manera, el proceder de Plutarco en su obra cumbre Vidas Paralelas.
La monografía comienza con una breve presentación que explica los motivos de la elección del tema y las dificultades y aportaciones del estudio. A continuación, hay un apartado introductorio seguido de siete capítulos, el último de ellos dedicado a las conclusiones. El libro finaliza con una bibliografía actualizada, un índice de autores y otro de conceptos narratológicos, que resulta especialmente útil para los no iniciados.
En la introducción se explica la importancia de la figura de Juan Bautista para la fe cristiana y se destaca la poca atención que ha tenido en los estudios de tipo narrativo. A continuación, se exponen de manera breve las herramientas metodológicas utilizadas, los textos que van a ser objeto de estudio y cómo se va a proceder su análisis y la distribución de los capítulos de la obra.
En el primer capítulo, se investiga la caracterización de Juan Bautista en el comienzo del evangelio (Mc 1,1-13), desvelando las claves fundamentales para comprender la lectura del relato y las herramientas comunicativas empleadas por el narrador. A través del análisis de la cita escriturística con la que comienza esta unidad (vv. 2-3) y de los versículos donde el autor presenta a Juan Bautista y a Jesús (vv. 4-8 y 9-13 respectivamente), Juan aparece como alguien enviado/autorizado por Dios, subordinado a Jesús y caracterizado sobre todo no en razón a su persona, sino a su misión: ser el precursor. Además, del contraste que Mc establece desde el inicio entre Juan y Jesús, se pone de relieve el alcance del ministerio de Juan: su misión es preparar el camino, pero no dar a conocer a quien viene detrás de él.
En el cap. 2, se investiga lo que aportan a la caracterización de Juan Bautista las dos breves referencias que hay sobre él en el comienzo del ministerio público de Jesús (Mc 1,14-15; 2,18-22). La misión de Juan se presenta como una etapa superada en relación a la de Jesús. Asimismo, se trasluce cómo la violencia presente en la vida de Juan arroja una sombra de inquietud sobre el destino de Jesús (Mc 1,14-15). El capítulo termina con un estudio brevísimo de una serie de textos que muestran de forma indirecta la superioridad de Jesús sobre Juan Bautista en base a la caracterización más perfilada del primero (Mc 1,38-39; 3,7-8.31-35).
En el cap. 3, se analizan las referencias a Juan Bautista en Mc 6,14-16; 8,27-38 y, de una forma mucho más pormenorizada, la escena donde se narra su muerte (Mc 6,17-29): Juan aparecería caracterizado aquí como alguien alineado con la voluntad de Dios, de una moral irreprochable, fiel a su tarea hasta el fin, en línea con los profetas perseguidos y de los justos mártires de la tradición de Israel recalcando –igual que en la cita inicial (Mc 1,2-3)– su inserción en la historia salvífica divina. La A. señala que en estas perícopas se subraya su papel como precursor de Jesús en relación con el fin violento que se atisba para su vida.
En el cap. 4, se analiza el diálogo sobre Elías en el monte de la Transfiguración (Mc 9,11-13). Se ponen ahora de manifiesto dos aspectos de la figura del Bautista. El primero, que la misión intercesora y preparadora que se esperaba de Elías ha sido cumplida por Juan. Se establece por primera vez una relación entre Elías y Juan a nivel diegético y se facilita información que refuerza, confirma y aclara aspectos sobre este personaje insinuados anteriormente en el relato. El segundo, que la oposición que este ha sufrido entraba dentro del designio divino y estaba directamente relacionada con el padecimiento del Hijo del hombre, invitando a reconocer la venida de Dios en una modalidad nueva que incluye el sufrimiento y la humillación. El excurso con el que finaliza el capítulo sobre la relación entre Moisés y Elías muestra cómo Mc deja claro que Elías y Juan Bautista son dos figuras distintas, cumpliendo el último la misión que se esperaba del primero.
En el cap. 5, se estudia el último episodio que menciona al Bautista (Mc 11,27-12,12). La alusión al personaje de Juan ayuda a profundizar en la identidad de Jesús y su misión, y pone de manifiesto cómo la autoridad de Juan, al igual que la de Jesús, tiene un origen divino y cómo la incredulidad que muestran los líderes judíos hacia Juan es la misma que tienen hacia Jesús, por lo que en este aspecto también Juan actúa como precursor (Mc 11,27-33). En análisis de la parábola (Mc 12,1-12), centrado también en el tema de la autoridad de Jesús, se caracteriza de forma implícita a Juan como uno de los siervos enviados por el dueño de la viña a recoger fruto. De esta forma se muestra que su papel es radicalmente distinto al del hijo, quien es el heredero de la viña.
El cap. 6 examina el relato de la pasión (Mc 14–16) en relación con la escena de la muerte de Juan Bautista. A través del análisis comparativo de términos similares aplicados a Juan y a Jesús, del paralelismo que se establece entre la función que ambos y otros personajes desempeñan en su final, de las diferencias entre ambas escenas y, finalmente, de la referencia a Elías en la cruz (Mc 15,33-38) se muestra que Dios no salvará a Jesús del suplicio como tampoco salvó a Juan. Con todo ello se revela la modalidad de mesías escogida por Dios y la función salvífica de su muerte.
El capítulo final está dedicado a las conclusiones del estudio. Se recogen los datos recabados a lo largo de los anteriores capítulos y se articulan en torno a cinco ejes: quién caracteriza a Juan, qué es lo que lo define, cómo lo hace, qué tipo de personaje es y qué función tiene. El resultado es que la caracterización del Bautista es coherente y fiable porque las fuentes que lo hacen –Dios, Jesús y las Escrituras–, son las que gozan de más autoridad en el relato. Juan es el precursor, que anuncia y prepara el camino de otro mediante la llamada a la conversión y el bautismo, siendo fiel a su misión hasta el final de su vida, a diferencia de otros personajes menores de la obra. Aunque toda la información substancial se proporciona en el inicio del relato, hay una cierta progresión sobre todo a la hora de mostrar cómo su destino está ligado al de Jesús. Es un personaje plano y monolítico, cuyo principal rasgo es la fidelidad a la encomienda recibida y su función principal es mostrar la superioridad de Jesús y el modo en que se cumplirá su misión.
El libro cumple su objetivo de proporcionar un acercamiento a la figura de Juan Bautista a través de los instrumentos de la narratología. La A. muestra un dominio magistral de estas herramientas y lo hace de tal manera que consigue que el libro sea de ágil lectura y agradable al lector, manteniendo la intriga en el transcurso de la obra; aunque a veces el hecho de adelantar lo que se desarrolla a continuación recarga un poco la lectura y disminuye el interés. En el estudio utiliza con acierto los instrumentos histórico-críticos cuando son necesarios para delimitar pasajes y aclarar algunos conceptos que ofrecen dificultad. Son muy pertinentes las notas, sobre todo aquellas que aclaran el sentido de algunos términos metodológicos. Los capítulos están bien estructurados y la exposición se sigue con claridad.
Aunque se valora que la A. evite las digresiones, sí se echa en falta un mayor diálogo con otros autores que han tratado la caracterización de Juan Bautista o su función en los episodios que se estudian en la obra. No hay duda del gran dominio de Galdeano sobre el tema, pero a veces da la sensación de que su investigación no tiene en cuenta suficientemente aproximaciones anteriores que abordan parcialmente los mismos temas. De igual manera, y aunque deja claro que su estudio se va a ceñir al relato marquiano, se echa de menos alguna comparación con la caracterización que se hace de Mc en Q, Jn o Josefo. Incorporando esta perspectiva se vería aún con más claridad la estrategia que Mc adopta para caracterizar a este personaje y la función que le asigna en su obra y el estudio ganaría en interés y densidad. También sería de utilidad que en las conclusiones se señalasen líneas abiertas por donde continuar la investigación.
La obra es muy recomendable para quienes deseen adentrarse en el conocimiento de la figura marquiana del Bautista y en cómo los primeros seguidores de Jesús precisaron el alcance de su misión y la relación que tenía con el “más fuerte”.
Jose Colinas Blanco
Universidad Pontificia de Salamanca
ORCID: 0000-0002-2970-0364